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Etapa 24. La doble a Paya (19/06/2019)

  • Foto del escritor: Diego Supelano
    Diego Supelano
  • 24 jul 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 12 sept 2019

Los retadores habían planeado para ese día una súper etapa, que incluía Paya, Pisba y posterior regreso a Labranzagrande. Al no tener claridad del estado y la dificultad de la vía que comunica a Paya directamente con Pisba, decidieron volver de Paya a la bifurcación de la vía principal y luego descender hasta Pisba. Para los no locales: el trazado se trataba de una “Y” todo en vía destapada, en la cual se tienen que ascender 12 km hasta la bifurcación, de allí a la derecha se encuentra Paya y a la izquierda Pisba; ambos caminos son un descenso de cerca de 22 km incluyendo algunos repechos intermedios. Así, completar esa etapa significaba 56 km de ascenso destapado con similar kilometraje de bajada, más los multiples repechos que se pueden encontrar.

Así las cosas los retadores a las 5:40 de la mañana estaban comenzando el ascenso que lleva de Lagrande hacía los dos municipios planteados para ese día. La primera dificultad de 12 km planeada para hora y media duró dos horas y algunos minutos, ya en el bifurcación tomaron a la derecha con rumbo a Paya, un par de kilómetros de travesía y luego franco descenso, el cual tomó más de una hora por los repechos y por la dificultad de algunos tramos muy dañados. Finalmente los retadores extenuados llegaron a Paya luego de sortear unos 3 kilómetros al rematar con una subida, como buen pueblo de Boyacá, para llegar a la plaza.


La hora planeada de arrivo a Paya era las 8:30 de la mañana, la hora real fue a las 9:40. Concientes de lo que faltaba los retadores echaron mano del recurso con que contaban: un colchón de un fin de semana. Así pues decidieron que la salida planeada para tres días duraría cuatro, de tal forma que ese día retornarían de Paya a Labranzagrande y al siguiente harían la doble Labranzagrande – Pisba.


Con esa desición tomada buscaron desayuno con calma. Con mucha dificultad lograron encontrar un pequeño restaurante con un par de mesas donde el menú era huevo o huevo. Ingirieron tres cada uno más una buena dosis de pan, y se abastecierón en una tiendecilla de galletas y chocolatinas para afrontar los kilómetros de vuelta.



Luego de los registros respectivos del municipio, siendo casi las 11 de la mañana, los retadores iniciaron el ascenso de vuelta a Lagrande bajo una tenue lluvia que los acompañaría más de la mitad del trayecto. Tras varias paradas a descansar, alimentarse y apreciar el paisaje, los retadores estuvieron lentos pero seguros hacía las 3:30 de la tarde en el punto para iniciar descenso hacia Labranzagrande. La decisión de hacer una etapa más les permitió ver el partido de ese día entre Colombia y Qatar, correspondiente al segundo de la fase de grupos de la Copa América.


El problema fue que en Labranzagrande no había energía eléctrica cuando llegaron, la luz volvió justo a las 5 de la tarde, tras media hora de partido. Lo importante era contar con el servicio, no solo para ver el partido sino para cargar todos los dispositivos requeridos para el cubrimiento del siguiente día. Así terminó la segunda etapa para los retadores: fútbol, un par de cerveza y a descansar para afrontar al siguiente día un trazado muy similar al que acababan de completar.

 
 
 

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