Etapa 22. Circuito por Márquez (05/05/2019)
- Diego Supelano
- 14 jun 2019
- 3 Min. de lectura
Los retadores tendrían un día relativamente suave en términos de dificultad, comparado con la mayoría de etapas que ya habían pasado durante el Reto 123, así que deciden empezar un poco más tarde de lo acostumbrado. Las siete de la mañana fue la hora elegida. Estuvieron en las calles de Ramiriquí con puntualidad, pero el clima no era el mejor y una nube negra se descargó sobre los pedalistas que aguardaban en el pie del puerto que lleva a Vijagual, el cual debían ascender cerca de un kilómetro para luego desviar a Ciénega.
Dado que para el día se planteaba una etapa corta, deciden tomar desayuno antes de partir esperando que la lluvia amainara. Así fue, y a las ocho se dispusieron a partir con clima seco pero nublado rumbo al primer municipio del día. Ciénega estaba tan solo a seis kilómetros entre un desnivel de travesía y un puertecillo final de tres kilómetros que desembocaba en un bonito pueblo donde predominan casas con fachadas que imitan paredes construidas con piedra, mostrando uniformidad y engalanando sus calles. Los retadores hicieron registro en la plaza y dado el clima nublado, una vendedora de tinto les regaló a cada un vasito como cortesía por la visita al municipio, pequeños detalles que enaltecen el Reto.

El terreno que seguía por delante era destapado y la mayoría en ascenso, desde Ciénega serían casi 20 kilómetros hasta alcanzar el alto que empata con la vía que viene de Soracá hacía Boyacá (Boyacá). Continuaron su camino para encontrar a media mañana el segundo municipio del día, Viracachá, el cual al llegar ofrece una vista de su iglesia que simula un castillo gótico sobre una plaza inclinada que se amalgama con el atrio del templo central. Se hizo un registro calmado para continuar el camino con el objetivo de terminar el circuito para la hora del almuerzo.

Pasadas las once de la mañana coronan el alto y nuevamente el pavimento sería la superficie para rodar. La vía estaba cubierta de neblina, lo que generaba un clima fresco para descender los 17 kilómetros que los llevaría de vuelta hasta el corazón de Márquez, esta vez por una vía artería. En la mitad del descenso los retadores se encontraron una de las iglesias más imponentes de los 114 municipios que completaban hasta ese momento, la de Boyacá (Boyacá). Similar a lo ocurrido en Zetaquirá el día anterior, aunque había bastante movimiento de gente en la plaza central conseguir el saludo del lugareño fue complicado, nuevamente fue una señora saliendo de hacer vueltas en la alcaldía la que amablemente dio la bienvenida a Boyacicleta.


Los retadores continuaron el descenso ahora buscando a Jenesano. La bajada terminaba en un cruce donde un puente a la derecha lleva a Jenesano y a la izquierda se asciende a Ramiriquí. Desde este punto son unos cinco kilómetros hasta Jenesano que los retadores tomaron con calma acusando ya hambre de almuerzo. Registraron el municipio que evocaba un perfil turístico parecido al de los pueblos del Sugamuxi y sin mayores pausas afrontaron la vuelta que los llevó por ascenso tendido de cuatro kilómetros nuevamente hasta Ramiriquí. Finalmente hicieron oficialmente el registro de la capital de Márquez, otro municipio ciclístico por excelencia que se suma a otros que tienen en su plaza central un monumento dedicado a uno de sus hijos pedalistas, en este caso se trataba de Juan Mauricio “El Lancero” Soler, quien ganara la camiseta de pepas, la del mejor escalador en el Tour de Francia del 2007. Curiosamente en 1983, también un natural de Ramiriquí, José Patrocinio Jiménez Bautista sería el primer colombiano en la historia que vistiera esta maglia tan querida por los de nuestra tierra.

Allí finalizo esta salida de dos etapas extraordinarias, las únicas que hasta ahora no estaban en la planeación inicial del reto. Son 116 municipios registrados hasta aquí, los retadores están a siete de conseguir el objetivo, quedando pendiente la provincia que con tan solo cuatro municipios es la de menor número del departamento: La Libertad, no obstante se perfila también como una de las más agrestes por su geografía y vías. Los tres municipios restantes configuran cada uno una sola etapa, son las dos zonas de manejo especial: Cubará y Puerto Boyacá y por último el municipio bicentenario e inspirador del reto, Duitama.
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